Hola, soy Daya
Esta es mi historia

Hace 20 años descrubrí el Yoga y hace unos pocos menos la Terapia Corporal Integrativa, el Eneagrama de Claudio Naranjo y la práctica de la meditación Vipassana.
“Somos mucho más que nuestra personalidad”, esto nos dice el Eneagrama y eso mismo nos transmite el Yoga. Hay algo más, la conexión con nuestra esencia y una sabiduría genuina, en la que confluyen y se nutren recíprocamente estos dos caminos del autoconomiento y la integración.
Modestamente y siguiendo mi intuición percibo que ambos el Yoga y el Eneagrama se cruzan y retroalimentan. La primera chispa (llámalo insight, «zasca», revelación o eureka) llegó cuando durante la formación del SAT nos compartieron que Claudio Naranjo había propuesto a cada eneatipo meditar utilizando un mudra específico. Se trata de un «gesto con las manos», es decir, es una postura de Yoga (asana) que se realiza con los dedos de las manos.
Según ha avanzado mi práctica personal y con mis alumn@s se ha revelado que aunque todas las asanas son recomendables para tod@s concretamente algunas posturas son más apropiadas dependiendo de la persona, su cuerpo, sus bloqueos y su carácter.
El Yoga, sobre todo desde su sendero del Hatha Yoga, nos dice que nuestro pasado y presente se refleja en nuestra columna vertebral, con sus bloqueos, rigideces, contracturas, etc.
Igualmente los nueve eneatipos (tipos de personalidad) que conforman Eneagrama presentan diferentes estructuras corporales, una morfología y una coraza características con diferentes autodefensas: el carácter también se refleja en el cuerpo.
Mi invitación es profundizar conjuntamente en estos dos caminos, el Yoga y el Eneagrama, desde una perspectiva práctica y experiencial, empírica, viva y dinámica.